
Hemos discutido por su actitud, por su indiferencia, y por que cree que sólo importa él, quisiera que comprendiera en este viernes santo el sacrificio por el otro, la empatía, el amor por el prójimo. Conversamos mucho, mucho, mucho. Le conté como me sentía y como lo veía a través de mis ojos de madre, y como quiero por sobre todas las cosas que no sufra, que para eso ha de aprender a ser humilde, a reconocer sus errores, a pedir disculpas. Que sólo es un granito de arena en este mundo, pero que es necesario para que la playa exista.
Uno cosecha lo que siembra... hijo mio, te regalo esa frase, Dios quiera que la hagas parte de tu vida
Te amo hijo mio
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